Su verdadero nombre fue Carmen Brannon Vega. Nació en Armenia en 1899 y murió en San Salvador en 1974. Claudia Lars pertenece a la estirpe de las grandes poetas de nuestra América.
A esa lírica femenina (no por feminista, sino hecha por mujeres plenas) que sacó a la poesía latinoamericana de su postración mojigata, fruto de la sensiblería ochocentista; cantaron al amor con giros eróticos estupendos, con limpia inocencia invocaron la fertilidad de su cuerpo, su fecundación, el goce de vivir, madres que esperaban un mañana alegre para sus hijos: materna pasión que las convertía en tierra que esperaba la semilla de una nueva vida.
Estas mujeres poetas son: Juana de Ibarborou (uruguaya), Alfonsina Storni (argentina), Delmira Agustini (uruguaya) y la chilena Gabriela Mistral (premio Nobel de Literatura, 1945).
Gabriela en Chile, como Claudia en nuestro país, no han tenido -entre las mujeres- quienes las acompañen plenamente en la búsqueda del espíritu poético de nuestras gentes, lo esencial de estos países. No tienen continuidad en otras voces femeninas.
Claudia Lars escribe una poesía transparente, sin que deje de ser profunda; a veces su maestría formal la gana y olvidamos su mensaje, pero en cada poema suyo se encuentra a un poeta manifestando vivencias, abriendo caminos antes inéditos para nuestra sensibilidad, comunicando un estado de gracia nunca antes de ella ni después encontrado en la poesía escrita por mujeres en El Salvador.
Algunas de sus obras son:
- Estrellas en el Pozo, (1934).
- Romances de Norte y Sur, (1946).
- Donde Llegan los pasos, (1953).
- Fábula de una Verdad, (1959).
- Tierra de Infancia, (1959).
- El Día de la Cruz Presencia en el Tiempo, (1960).
- Girasol, (1961).
- Sobre el Angel y el Hombre, (1962).
- Del fino Amanecer, (1964).
- Nuestro Pulsante Mundo (apuntes sobre una nueva edad), (1969).
- Poesía Ultima, (1972).
0 comentarios:
Publicar un comentario